Verbena de San Juan.
Cada año, cuando llega esta noche, hay algo que se mueve dentro de mí.
Porque esta no es una noche cualquiera.
Es una noche de fuego, rituales y de una energía muy especial.
Es la noche donde el fuego simboliza lo que tantas veces intentamos hacer:
soltar, cerrar, transformar.
Y yo quiero proponerte algo distinto.
Aunque no creas en rituales.
Aunque no haya hogueras en tu ciudad.
Aunque estés sola en casa con una vela encendida y el sonido de petardos de fondo.
Nada de pedir deseos.
Nada de “este año sí me pongo las pilas”.
Quiero que esta vez te sientes contigo misma, papel en mano, y escribas no lo que deseas… sino lo que estás lista para soltar.
Soltar la culpa por no hacerlo todo “perfecto».
Soltar la voz mental que te machaca con mensajes como “otra vez has fallado”.
Soltar la obsesión con el control que te dice “si no te controlas, no eres digna de amor”.
Soltar la creencia de que si no sufres, no vale.
Porque, aparte de no ser ciertas, te dañan muchísimo.
El ejercicio es simple (pero muy poderoso):
- Escribe una lista con las frases, pensamientos y heridas que ya no quieres cargar.
- Léalas una por una. Si puedes, en voz alta.
- Enciende una vela. Y quémalas. Con intención. Con presencia. (Si tienes una hoguera cerca, puedes quemarlas allí).
Esta noche no es sólo para pedir deseos mágicos.
Es genial para “dejar ir” las losas que llevas dentro.
Es una oportunidad mágica para dejar atrás lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo.
Deseo que esta Verbena sea un acto de autocuidado real para ti.
Y que el fuego no sólo te acompañe en quemar lo caduco, sino que te ilumine aquello que quieres potenciar.
Y quizás tras el ejercicio algo se mueva y empieces a mirarte distinto.
Yo estaré haciendo lo mismo.
Con emoción. Con verdad. Con agradecimiento.
🙂
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