Naturaleza.
Comida de calidad.
Descanso.
Buena compañía.
Movimiento.
Sin duda, esto resume para mí el bienestar.
Hoy lo pensaba volviendo a casa desde Andorra, mientras veía paisajes increíbles nevados.
Qué importante es parar de vez en cuando.
Para respirar hondo.
Para coger perspectiva.
Y para volver a lo simple.
Somos animales (aunque muchas veces nuestra vida se asemeje más a una máquina robotizada).
Y nuestro instinto nos lleva a sentirnos bien cuando nos acercamos a nuestra parte más instintiva.
Es por eso que darte un pequeño paseo por un bosque te hace sentir bien.
Es por eso que abrazar a los tuyos (como buen mamífero que eres) te hace sentir bien.
Es por eso que comer comida real te hace sentir bien.
Así que, amiga, regálate tiempo de calidad y potencia aquello que te hace sentir bien en todos los sentidos.
Tu cuerpo, tu mente y tu alma te lo agradecerán 🙂
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