Hoy te escribo sintiendo una mezcla de emoción y de inquietud.
En una semana tengo una media maratón. Esta vez me voy para Málaga a disfrutar (o a sufrir, según quien lo mire) de 21 km recorriendo esta maravillosa ciudad.
Estos últimos días están siendo un poquito más intensos en cuanto a entrenamientos.
Y mirando atrás, puedo asegurarte que entrenar me ha transformado tanto física como emocionalmente.
Y sé lo que estás pensando… “¿Correr? ¿Levantar pesas? ¿Yo?”. No puedo. No soy capaz. Esto es para otras mujeres.”
Pero déjame contarte un secreto: la verdadera fuerza ya está en ti.
Tu fuerza es tu poder.
Entrenar no es sólo levantar pesas o correr km.
Entrenar es mejorar la confianza en ti.
Entrenar es aprender a focalizar la atención.
Entrenar es darte cuenta de que eres mucho más fuerte de lo que pensabas.
Entrenar es empezar un viaje hacia una una transformación que va mucho más allá de lo físico.
He visto a mujeres increíbles, como tú, florecer.
Mujeres que pensaban que el entrenamiento no era para ellas, y que ahora lo sienten como una fuente de energía y autoestima.
Y que han encontrado en el entrenamiento refugio.
Refugio cuando a veces las cosas no son como quieres.
Refugio cuando estás pasando un momento difícil.
Refugio cuando necesitas sentirte bien.
Entrenar regularmente es caminar hacia el bienestar.
Además de tonificar tu cuerpo, entrenar es un aliado para tu salud a largo plazo.
Ayuda a tus huesos, a tu metabolismo y a tu corazón.
Y además, te ayuda a verte y sentirte increíble.
¿Lista para descubrir tu fuerza?
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