En este post te explicaré por qué entender la fuerza de voluntad puede ayudarte a sentirte más realizada y satisfecha y cómo lograrlo.
Ay, la fuerza de voluntad.
En muchas ocasiones escucho frases del tipo…
- “no tengo fuerza de voluntad para cuidarme”
- “yo no podría levantarme a las 5 am para entrenar como haces tú”
- “no sé cómo puedes entrenar cada día”,
- etc.
Stop. Claro que puedes.
La fuerza de voluntad no nos viene dada por la genética.
Por lo tanto, la capacidad de dejar de posponer tu bienestar está en tu mano.
Porque posponer nos hace mucho daño.
Nos hace sentirnos pequeñas, incapaces de lograr aquello que deseamos.
Con la sensación de que nuestra vida no está conducida por nosotras.
Pero, como te decía, claro que puedes.
Te voy a dar unos consejos para que te sea un poco más fácil:
Trabaja tu mentalidad
Para que consigas cualquier objetivo, el primer paso es creer que es posible que lo puedas lograr.
Aunque tengas la mejor pauta del mundo mundial, si tu voz interior boicoteadora te dice “va, no vale la pena, todos sabemos que no lo vas a conseguir”, es muy complicado que lo logres.
Es importante que seas consciente de tus boicoteadores internos para que no te impidan conseguir lo que quieras.
Consigue un buen plan de acción
En el caso de la salud (que es lo que nos incumbe en este lugar), tener un plan realista y acorde con nuestras necesidades es esencial.
Un atleta no consigue hacer un Ironman improvisando los entrenos.
Una persona que quiere hacer un cambio físico relevante no consigue mantener dicha situación si el plan no es equilibrado y saludable.
Invierte en ti.
Al igual que no confiarías la construcción de tu casa a cualquiera, en el tema de la salud tampoco lo hagas.
Busca apoyo en tu alrededor
Busca una tribu que esté alineada con tus objetivos.
De esta forma, cuando la motivación decaiga (que nos pasa a todas), te será más fácil que la disciplina gane la partida cuando tienes un compromiso con otras personas.
Te doy algunas ideas:
- Queda con una amiga para ir a andar una tarde a la semana
- Habla con tu pareja y planificad dos días a la semana para ir a comprar alimentos frescos y cocinar juntos.
- Aprovecha el fin de semana para ir con la familia al monte y hacer un picnic saludable allí.
- Apúntate con una compi a una carrera popular y entrenad juntas
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