Hoy os escribo un tanto removida.
El fin de semana pasado estuve en una formación.
Y esta vez, no se trataba de una formación cualquiera.
Era de ésas que te remueven.
Que te desmontan.
Que te cuestionan.
Que te hacen sacar muchas emociones que aunque a veces nos cuesta reconocerlas, allí están.
Y esto es incómodo.
Sin duda.
Y a veces quieres volver a poner la tapadera (ay, si fuera tan fácil) o mirar para otro lado.
O huir.
Pero, amiga, es allí donde está el aprendizaje.
Es allí donde está el crecimiento.
Es allí donde está tu evolución.
Entender cómo funcionamos es clave para entender cómo es nuestra vida.
Muchas veces no conseguimos ver por qué hay cosas que nos salen mal.
“No tengo fuerza de voluntad”.
“No soy capaz”.
“No puedo”.
Hoy te invito a que:
Busques un lugar cómodo y silencioso.
Pongas tu móvil en “modo avión” durante un ratito.
Cojas papel y boli.
Y pienses en una situación determinada que no te sientas capaz de superar.
Quizás es levantarte pronto.
Dejar de fumar.
Hacer deporte.
Ahorrar.
Comer de forma más ordenada.
Escribe cómo te sientes por no hacerlo.
¿Sientes rabia?
¿Frustración?
¿Tristeza?
¿Crees que hay algo que podría mejorar tu situación actual?
¿Algo que te permitiese sentirte mejor y poder avanzar?
Haz una lista y da un primer paso.
Aunque creas que es insignificante.
Porque si lo haces, te sentirás un poco mejor.
Y esto te dará fuerzas para seguir dando pasos y avanzar.
¡Usa éstas emociones como motor para moverte de dónde estás!
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