¿Alguna vez has terminado un plato sin recordar siquiera haberlo saboreado?
Comer deprisa, mirando el móvil o la tele, conduciendo… no solo te roba el placer de disfrutar de la comida, sino que también puede jugar en contra de tu salud.
Por eso hoy te quiero hablar del mindful eating o «comer con conciencia».
¿Qué es el mindful eating?
Es un enfoque que combina la atención plena (mindfulness) con la alimentación. Consiste en estar presente y consciente mientras comes, dejando atrás las distracciones para escuchar lo que tu cuerpo realmente necesita.
Beneficios del mindful eating:
- Disfrutas más cada bocado.
Comer despacio te permite saborear mejor la comida, apreciar los sabores y las texturas, y reconectar con el placer de alimentarse. - Reduces el comer emocional.
Aprender a diferenciar entre hambre física y emocional puede ayudarte a evitar esos atracones impulsivos. - Mejoras la digestión.
Comer despacio y masticar bien facilita que tu cuerpo procese los alimentos con más facilidad. - Te ayuda a mantener un peso saludable.
Al estar más atenta, reconoces mejor cuándo estás satisfecha y evitas comer de más.
Cómo empezar a comer con conciencia:
- Haz una pausa antes de empezar.
Siéntate, respira hondo y observa tu plato. Pregúntate: ¿Tengo hambre? ¿Qué siento al mirar esta comida? - Apaga las distracciones.
Nada de móvil, tele o trabajo. Solo tú, tu plato y el momento presente. - Come despacio.
Mastica bien cada bocado y enfócate en los sabores, olores y texturas. Deja los cubiertos mientras masticas. - Escucha a tu cuerpo.
Detente a la mitad del plato y pregúntate si sigues teniendo hambre. Aprende a reconocer cuándo estás satisfecha, no llena. - Sé amable contigo misma.
Si un día comes con prisas, no pasa nada. Mindful eating es un hábito que se cultiva con práctica.
Prueba este ejercicio:
En tu próxima comida, intenta comer sin distracciones durante los primeros 5 minutos. Concéntrate únicamente en saborear cada bocado. Te sorprenderá lo diferente que se siente.
El mindful eating no se trata de restricciones ni reglas estrictas. Es más bien una invitación a reconectar contigo misma y con lo que comes, disfrutando el proceso y cuidando tu salud desde un enfoque más consciente.
¿Te animas a probarlo esta semana? Escríbeme si quieres compartir cómo te fue o si necesitas más ideas para empezar.
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