Aprende a leer etiquetas de alimentos sin volverte loca

¿Te ha pasado que estás en el supermercado, te paras a leer una etiqueta y te encuentras con una lista de ingredientes más larga que tu lista de la compra? 

Entre términos raros, números misteriosos y palabras que parecen de un examen de química, ¡entender lo que comes puede parecer una misión imposible!

¡Pero, no te preocupes!

Hoy te traigo una guía sencilla para aprender a leer etiquetas y así tomar mejores decisiones para tu salud.

1. La lista de ingredientes: tu mejor amiga (o enemiga)

  • El orden importa: los ingredientes se enumeran de mayor a menor cantidad. Si el azúcar aparece de los primeros, sabes que estás frente a un producto más dulce de lo que parece.
  • Evita los “extras” sospechosos: busca etiquetas con pocos ingredientes y sin nombres complicados (si no puedes pronunciarlo, ¡mejor déjalo!).
  • Atenta a los nombres disfrazados: el azúcar tiene muchos alias: jarabe de maíz, dextrosa, fructosa… ¡No te dejes engañar!

2. ¿Qué significan los valores nutricionales?

Enfócate en estos puntos clave:

  • Porciones realistas: fíjate en el tamaño de la porción. A veces un alimento parece saludable, pero solo porque los valores están calculados para una ración minúscula.
  • Grasas: elige productos con grasas saludables y evita las grasas trans (que pueden aparecer como «aceites parcialmente hidrogenados»).
  • Azúcares añadidos: si el azúcar total es alto y no es de fuentes naturales (como frutas), reconsidera elegirlo. 
  • Sodio: los productos procesados suelen ser bombas de sal. Busca opciones bajas en sodio.

3. Ojo con las trampas

  • “Light”, “sin azúcar”, “natural”… Estos términos pueden ser engañosos. Por ejemplo, “sin azúcar añadido” no significa que sea bajo en calorías, y “natural” no siempre significa saludable.
  • Fíjate en lo que realmente da información: palabras como ecológico, sin gluten, sin lactosa… son importantes si en tu caso te afectan. 

4. Simplifica con estas reglas de oro

  • Prefiere alimentos sin etiqueta: frutas, verduras, legumbres y carnes frescas no necesitan explicaciones.
  • Menos es más: si un producto tiene menos de 5 ingredientes y los reconoces todos, es una buena señal.
  • El azúcar en su lugar: evita productos que tengan azúcar o edulcorantes artificiales entre los tres primeros ingredientes.

Leer etiquetas no tiene que ser complicado. 

Al principio puede tomar tiempo, pero con práctica se vuelve automático. 

En tu día a día elige alimentos reales y minimiza los alimentos procesados y tu salud te lo agradecerá.

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