Celebra la vida.
Celebra ésas pequeñas cosas que hacen tu día a día mejor.
El café de las mañanas.
La sonrisa de tu hijo.
El abrazo reconfortante de tu pareja al llegar a casa.
Tu plato favorito.
Los días de sol.
Pero sobre todo, celebra encontrarte bien.
La salud es algo que damos por sentado hasta que nos abandona.
El día menos pensado: Stop.
Algún dolor nos indica que algo “falla”.
Y nos hace cambiar la ruta del GPS y valorar más el camino.
Bajar las ventanillas y apreciar el aire rozando nuestras mejillas.
Observar el cielo y las estrellas.
Apreciar el hecho de estar viva.
No esperes a que la vida te pare para cuidarte.
No esperes a tener que pagar un peaje (a veces sin opción de reembolso) para valorar aquello que es más importante.
Cuídate mucho. Tanto por dentro como por fuera.
Y verás el camino más liviano y más agradable.
Si quieres seguir aprendiendo sobre salud y bienestar, apúntate a mi Newsletter: