Equilibrio.
Como ya sabes, siempre soy partidaria de ello.
Y creo que la única forma de lograrlo (o de acercarse mucho) es conociendo cómo funcionas.
Tanto a nivel físico como a nivel emocional.
De esta forma, tomar decisiones que te sumen en vez de que te resten es más sencillo.
Hoy quiero hablarte de alimentación.
No te daré una fórmula mágica y universal (spoiler: no existe), pero sí que quiero que prestes atención a algo:
La proteína que consumes.
Especialmente si tienes una vida activa y entrenas.
Con esto no te voy a decir que te hinches a carne y a batidos de proteínas.
No.
Con esto pretendo que entiendas el porqué es importante incorporarla en tu día a día.
Las proteínas son los “ladrillos” que forman tus tejidos.
Además, tienen una gran importancia en que tu metabolismo funcione de forma correcta.
Como mujer adulta, tomando aproximadamente 1g de proteína por cada Kg de tu peso (si entrenas mucho un pelín más, sobre 1,5g), tendrás tus “ladrillos” necesarios para que tu cuerpo funcione.
Es decir, si pesas 60 Kg, deberías comer aproximadamente 60g de proteína al día si no haces mucho ejercicio, y 90 si haces bastante deporte.
¿Eso significa que debas medir todo lo que comes?
No.
Pero creo que es interesante que conozcas la cantidad de proteína que contienen 100g de muchos de los alimentos que generalmente consumes:
- Atún: 21,5 g
- Cacahuetes: 26 g
- Pechuga de pavo: 24 g
- Lentejas: 27,5 g
- Langostinos: 24 g
- Pechuga de pollo: 22 g
- Salmón: 20 g
- Soja texturizada: 34 g
- Anchoas: 28 g
- Gelatina: 84 g
- Guisantes: 23 g
- Altramuces: 36 g
- Queso edam: 25 g
- Queso fresco: 22g
- Queso cottage: 11g
- Skyr: 11g
- Yogur griego: 9 g
- Lomo embuchado: 32 g
- Huevo (entero): 12g
- Huevo (sólo claras): 10g
¡En el caso de las proteínas de origen vegetal, combínalas con cereales y obtendrás un plato genial!
Y recuerda, en la variedad está la salud 🙂
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